Los mercados flotantes son una visita obligada, con sus puestos encaramados en sampanes o en diminutas piraguas en el agua, un elemento esencial del exótico y auténtico Bangkok. Damnoen Saduak es el más fotogénico de todos y tiene un ambiente de postal. Amphawa y Khlong Lat Mayom son los más tradicionales, ondeando con orgullo la bandera de la cocina tailandesa. Taling Chan, algo más excéntrico y un poco turístico, es también el mejor conservado. Si le apetece, alargue la experiencia y visite en una barca tradicional los jardines y las pequeñas aldeas que suelen encontrarse en las proximidades a los mercados.