Si nunca ha puesto un pie en suelo español, podría perdonársele por pensar que todo son fiestas, flamenco y paisajes bañados por el sol. Es cierto que por la península ibérica corre una auténtica pasión mediterránea por la vida, pero España es una tierra de mil caras con mucho más que ofrecer, tanto si sus habitantes hablan en castellano, vasco, gallego o catalán.
En la Costa Brava, Andalucía o Galicia, la diversidad de las distintas identidades regionales solo es equiparable a sus paisajes. Bordeada por un litoral salpicado de célebres complejos costeros, desde Sitges hasta Marbella pasando por Valencia, España también puede presumir de un cordón de islas maravillosas, tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo. Entre las principales se encuentran Ibiza y Mallorca en las islas Baleares, y Tenerife y Fuerteventura en las Canarias. En el interior, puede encontrar igual belleza, con algunos parajes naturales excepcionales. El parque nacional del Monte Perdido en Huesca o los Picos de Europa en Asturias ofrecen la ocasión perfecta para disfrutar del aire puro, hacer senderismo o practicar espeleología.
Madrid, la capital, es una ciudad que nunca parece dormir. Al igual que Barcelona, es increíblemente cosmopolita, vibrante y vanguardista. En la tierra de Don Quijote, Picasso, Dalí y Gaudí, desde Bilbao hasta Sevilla, sin olvidarnos de Zaragoza o Granada, las ciudades también guardan una serie de tesoros culturales y arquitectónicos. El jamón ibérico de bellota de pata negra y un marisco suculento son la tarjeta de presentación al visitante de una España tan rica en patrimonio como en sabor. ¡Así es España!