¿Qué tienen en común la Cuna de la Bandera, la Barcelona argentina o la ciudad fenicia? Que todos son apelativos para un mismo lugar: Rosario. La urbe argentina más poblada de la exuberante provincia de Santa Fe y la tercera del país ha dado origen a símbolos nacionales, como su bandera, e internacionales, como Che Guevara y Lionel Messi, además de ser un destacado eje cultural y económico del país. Este activo puerto fluvial a orillas del río Paraná es un delicioso compendio de infinidad de museos, plazas espléndidas, muestras arquitectónicas fantásticamente preservadas, magníficas opciones de ocio, frondosas zonas verdes y, cómo no, la Costanera, el alma de la ciudad.
Si desea conocer Rosario más a fondo, visite su variada colección de museos y centros culturales. El Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino es el segundo más importante de Argentina y su anexo, MACRO, dedicado al arte contemporáneo, también fomenta el arte nacional y emergente. Otro museo destacado es el Museo Municipal de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez, que exhibe mobiliario español de los siglos XVI al XVIII y pinturas europeas de los siglos XVII al XIX, entre otros. Y no todo es arte. El pionero y fascinante Museo de la Memoria, que volvió a reabrir sus puertas en marzo de 2018, profundiza en los derechos humanos en Latinoamérica. Los rosarinos también muestran con orgullo su legado arquitectónico modernista, un estilo introducido por el arquitecto mallorquín y seguidor de Gaudí Francesc Roca i Simó. Entre sus trabajos en Rosario destacan el palacio Cabanellas y el Club Español. Recorriendo el cuadriculado centro urbano, admire los murales de artistas locales en las medianeras, una iniciativa llamada Arte a la Vista.
El corazón de Rosario es la histórica plaza 25 de Mayo, que rinde homenaje a la revolución de 1810 con la emblemática Columna de la Libertad. Está flanqueada por el Santuario Basílica Catedral de Nuestra Señora del Rosario, con una talla traída de Cádiz en 1773; el Palacio de los Leones de estilo neorrenacentista; o el Palacio de Correos, obra de Ángel Guido. Este fue también uno de los creadores del Monumento Histórico a la Bandera situado en el parque donde el general Manuel Belgrano enarboló la bandera nacional en 1812. El parque de la Independencia, el más antiguo de Rosario, constituye el pulmón verde urbano. Con su lago artificial y sus senderos, es el lugar ideal para relajarse ante un derbi entre leprosos y canallas, es decir, los Newell's y el Rosario Central. Aunque, para relajarse, ¿qué tal la Costanera? A lo largo de este paseo de 15 km junto al Paraná encontrará numerosos bares y restaurantes, el parque Nacional a la Bandera, que dispone de lanchas para explorar las islas del río, y el animado Balneario La Florida, con vistas de las islas y la ciudad.
Rosario también cuenta con una larga tradición teatral y más de 30 salas, siendo el teatro de la ópera, El Círculo, uno de los más destacados por su acústica. Otra popular opción de ocio son las compras: pase una fantástica jornada rebuscando entre mercadillos y ferias artesanales, o visite Alto Rosario, el mayor de los cuatro complejos comerciales ubicados en el centro. Al anochecer, regrese a la ribera o adéntrese en el barrio de moda de la Pichincha, con sus cervecerías artesanales y románticas terrazas decoradas con luces y guirnaldas.
Esta ciudad que emergió en el siglo XIX como un mero lugar de paso se ha convertido en un fascinante destino por méritos propios que ofrece algo para todos. Tal vez Rosario tenga muchos nombres, pero está claro que es una ciudad única.
