Lugar emblemático de Marsella con sus piedras blancas y verdes y su virgen dorada, que brilla bajo el sol mediterráneo. Recibe su nombre en honor de la protectora de la ciudad, que lleva ocho siglos velando por Marsella. A 150 m sobre el nivel del mar, Notre-Dame de la Garde es una invitación para tomar innumerables fotos, ya que ofrece una de las mejores vistas de la ciudad focense. Admire las vistas antes de explorar el interior del icónico monumento. Reconstruida en 1853 en estilo bizantino, la basílica destaca por la belleza de su mármol y mosaicos policromos.