La armonía moderna de Antigone contrasta con las calles del Écusson. En los años 80, Montpellier quiso extenderse y contar con nuevas infraestructuras. El proyecto recayó sobre el arquitecto Ricardo Bofill, quien ideó un barrio nuevo cuyo eje central evocaría la perspectiva majestuosa del paseo de Peyrou. Los edificios de inspiración grecorromana se suceden en perfecta simetría. De la mediateca Émile Zola hasta la explanada de l’Europe, se puede admirar la fuente de la plaza de Thessalie, con sus bustos macizos medio sumergidos. En verano, en la plaza del Nombre d’Or, los niños juegan entre los chorros de agua que nacen del suelo.