El campanario de una iglesia, las tranquilas calles bordeadas de plataneros y coquetos pabellones, campos... A las puertas de París, Roissy-en-France ofrece la calma y la naturaleza de un típico pueblo de la Isla de Francia. En el corazón de las llanuras fértiles que rodean la capital, la ciudad salió del anonimato en los años 70, cuando se decidió que su territorio albergara el aeropuerto más grande del país. Actualmente, casi 70 millones de pasajeros, una cifra superior a la población francesa, pasan cada año por Roissy-Charles-de-Gaulle (CDG). Su construcción cambió el destino de este enclave rural convertido en intercambiador internacional. Su trayectoria ya es inseparable de la evolución del aeropuerto, que no ha dejado de ganar importancia con los años.
Más que un simple centro de transporte, aspira a convertirse en un núcleo de actividades y de ocio. Nacido de esta ambición, el Espace Musées expone obras seleccionadas de museos parisinos asociados, desde esculturas de Rodin al arte moderno del Centro Pompidou. Este espacio magníficamente equipado ofrece una muestra de los tesoros que esperan al visitante de camino a París. Con la firma de Saguez & Partners, el centro comercial Aéroville se distingue también por la estética de su arquitectura de líneas fluidas con luz natural. Al igual que el Espace Musées, es testigo de la metamorfosis del CDG en un enclave que seduce a viajeros y parisinos por igual. Más de 150 tiendas y supermercados, un multicine y una gran oferta de restauración le esperan en esta pequeña y accesible ciudad.
Los amantes de las compras locales no pueden perderse el centro de Roissy, donde los sábados tiene lugar un animado mercado en la plaza Pays de France. Entre semana, los comercios locales le reciben en las encantadoras calles de la ciudad. De camino a comprar productos locales o pan recién hecho, ¿por qué no hacer una parada en la iglesia de Saint-Éloi? Esta joya del siglo XVI evoca la larga historia de Roissy-en-France, que también podrá observar en los vestigios del castillo de Caramans, situado en pleno parque municipal. En la ciudad vecina de Louvres, el Museo Archéa le invita a adentrarse todavía más en la historia local a través de los descubrimientos arqueológicos que proceden de los yacimientos de los alrededores, como el antiguo castillo de Roissy. Más cerca, obras contemporáneas repartidas por el centro de la ciudad se inspiran en el tren de aterrizaje del emblemático Concorde, visible cerca del centro cultural Orangerie. Este regalo de Air France a la ciudad rinde homenaje al papel de Roissy en la aventura aeronáutica francesa.
Roissy-en-France también seduce por su entorno natural. A pesar de la presencia de infraestructuras aeroportuarias, de carreteras y hoteleras, y de la afluencia de nuevos residentes atraídos por su dinamismo y su estilo de vida, la ciudad conserva sus atractivos rurales. A varios kilómetros al norte, el parque natural regional de Oise Pays de France invita a dar un paseo por el bosque y a recorrer castillos famosos como el de Chantilly. Más al este, el Parc Astérix deleitará a los fans del intrépido galo.
En Roissy, podrá salir a correr o a pasear en el valle verde. El exuberante entorno a las puertas de la ciudad propone además varios recorridos de bienestar, a dos pasos de los establecimientos que forman el segundo núcleo hotelero de la Isla de Francia después de París. Los visitantes que se alojen aquí podrán encontrar una oferta variada de cafeterías, bares y restaurantes. Verá que, a imagen de su aeropuerto, la ciudad de Roissy ya no es un simple destino de paso sino un destino de pleno derecho.